Decían que mi linaje se remontaba al período Edo (1603-1868), cuando ya trabajábamos como escribientes, algo que, siglos después, sigue sin cambiar. En aquella época éramos secretarios privados de nobles y señores, por lo que no hace falta decir que nos pagaban por escribir de forma bonita y bien. Siglos antes, durante el sogunato Kamakura (1192-1333), ya habían prestado sus servicios tres excelentes amanuenses. Más tarde, ya en el período Edo, los aposentos de las damas de palacio vieron nacer a las primeras escribientes femeninas, al servicio de la esposa y las concubinas del sogún. Se rumoreaba que una de ellas fue la precursora de esta casa.