Sin embargo, mi mujer y yo nos hemos atenido al plan, aunque no nos hayamos comprado nuevos vestidos y solo hayamos comido un poco de sémola. He vuelto a guardar la décima parte y hemos vivido con las siete décimas. Me he sorprendido cuando Ahmar ha alabado mi pago aunque era pequeño, lo mismo que Birejik. Alkahad se ha enfadado, pero cuando le he dicho que me devolviera su parte si no la quería, la ha aceptado. Los otros han estado contentos, como anteriormente.
Vuelve a brillar la luna llena y mi alegría es grande. Descubrí una buena manada de camellos y compré algunos robustos, mis ganancias han sido de cuarenta y dos monedas de plata. Esta luna, mi mujer y yo nos hemos comprado sandalias y ropas que necesitábamos ya hace tiempo. También hemos comido carne y aves.
Hemos pagado más de ocho monedas de plata a nuestros acreedores, ni Alkahad ha protestado.
El plan es formidable, nos libera de las deudas y nos permite crear un tesoro que es solo nuestro.
Ya hace tres lunas que empecé a grabar esta tablilla; cada una de ellas me he quedado con una décima parte de lo que había ganado; cada una, mi buena esposa y yo hemos vivido con las siete décimas partes, incluso cuando resultaba difícil; cada una, he pagado a mis acreedores las dos décimas partes.
Ahora guardo en mi bolsa veintiún monedas de plata que son mías. Eso me permite andar con la cabeza alta y caminar con orgullo junto a mis amigos.