Chiapas había sido uno de los últimos estados en adherirse a la República mexicana y, desde entonces, la lejanía y la indiferencia del centro provocaron que tuviese una historia propia, muy distinta de la del resto del país. La Revolución mexicana y su lucha por el reparto agrario, por ejemplo, no alcanzaron a llegar a Chia-pas, como tampoco las reformas sociales emprendidas por el gobierno de Lázaro Cárdenas o los beneficios del efímero “milagro mexicano” de los años sesenta. Y tampoco, por supuesto, la riqueza prometida por el modelo neoliberal impuesto por Salinas.