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Ediciones Era

  • Laura Alicia Gonzálezhas quoted7 months ago
    Dice el dicho que hay tres cosas que ahuyentan el pesar: ver lo que nunca se vio, oír lo que nunca se oyó y pisar tierra que nunca se pisó. Alá sobre ti.
  • Michelle Olivareshas quoted2 years ago
    En Chiapas, los rumores sobre la guerrilla resonaban por todos lados en la primavera de 1993 -apunta Carlos Tello.
    Un secreto a voces que, sin embargo, todos los sectores de los gobiernos federal y estatal -con el propio González Garrido a la cabeza- se encargaron de encubrir: era demasiado peligroso hablar de un grupo guerrillero cuando el Congreso estadounidense estaba por aprobar la firma del Tratado de Libre Comercio. A lo largo de aquel año, el ejército federal se enfrentó en numerosas ocasiones con los guerrilleros -el combate más encarnizado se produjo en Corralchén-, e incluso localizó el centro de entrenamiento del EZLN en el ejido Las Calabazas pero, aunque la prensa nacional dio a conocer estos acontecimientos, nadie pareció concederles mayor importancia.
  • Michelle Olivareshas quoted2 years ago
    En la excelente novela de Héctor Aguilar Camín, sin duda la mejor sobre el tema escrita en México, La guerra de Galio (1988), Glockner aparece con el nombre de Abrantes. Fritz Glockner, el hijo del guerrillero ajusticiado, publicó asimismo una novela sobre su padre: Veinte de cobre (1996)
  • Michelle Olivareshas quoted2 years ago
    Como primer paso, Salinas se encargó de detener mediante un hábil operativo al corrupto líder petrolero Joaquín Hernández Galicia, alias la Quina, quien soterradamente había apoyado la campaña de Cárdenas y había financiado la publicación de un libelo contra él.8 Y, luego, no dudó en reconocer a Ernesto Ruffo Appel, del PAN, como gobernador de Baja California, la primera vez que eso ocurría con un gobierno estatal en décadas
  • Victor Avilés Velazquezhas quoted3 months ago
    Todo empezó el día de año nuevo de 1994. Como en otras partes del mundo, en México hay pocas mañanas tan silenciosas y anodinas como ésta: tras la embriaguez y el júbilo de la fiesta, sus horas se reservan a restañar los estragos del alco-hol. Para colmo, en los círculos oficiales la celebración había sido doble, pues no sólo se brindó por el inicio del año, sino sobre todo por la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), una de las principales metas del gobierno de Salinas de Gortari. Para él, esta fecha anunciaba el inicio de una nueva época de modernidad para México y, al mismo tiempo, su glorioso paso a la historia. Tras las fraudulentas elecciones que le dieron el triunfo en 1988, Salinas había llevado a la práctica espectaculares medidas para reactivar la economía, acaparando un amplio reconocimiento internacional; no hacía mucho, la revista Time, esa Biblia de las élites globales, lo había nombrado “hombre del año”, y su popularidad aumentaba día a día pese a las críticas de sus detractores, quienes lo acusaban de privilegiar la reforma eco-nómica sobre la política y de preservar las bases autoritarias y antidemocráticas del Estado mexicano.
  • Victor Avilés Velazquezhas quoted3 months ago
    durante las primeras horas de la mañana, cuando comenzaron a circular erráticas y disparatadas versiones sobre una aparente sublevación en el estado de Chiapas. Al parecer, un grupo de guerrilleros, miembros de un “autodenominado” Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), ha-bían tomado por asalto la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, así como otras localidades aledañas, declarándole la guerra al ejército federal mexicano. Según las primeras declaraciones de los alzados, su objetivo consistía en avanzar rumbo a la ciudad de México para deponer a Salinas, cuyo gobierno consideraban ilegítimo. En el panfleto que repartieron a la sorprendida población local, titulado “Declaración de la Selva Lacandona”, los rebeldes clamaban:

    -Hoy decimos: ¡BASTA! -y, con el tono heroico de los iluminados, añadían-: Declaramos que no dejaremos de pelear hasta lograr el cumplimiento de estas demandas básicas de nuestro pueblo formando un gobierno de nuestro país libre y democrático. Intégrate a las fuerzas insurgentes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
  • Victor Avilés Velazquezhas quoted3 months ago
    1994 nació, así, como uno de los años capitales en la histo-ria reciente de México. Al igual que 1910, cuando comenzó la Revolución, o 1968, el año de la masacre de Tlatelolco, 1994 fue un año sorpresivo pero, asimismo, un momento en el cual explotaron todas las contradicciones y pugnas incubadas durante las décadas previas. Su inicio no podía resultar más paradójico: si por un lado se anunciaba el TLCAN y México se disponía a integrarse en el espacio económico de América del Norte, uno de los más amplios y ricos del orbe, por el otro, los guerrilleros zapatistas echaban a perder la fiesta y demostraban que el pasado, con su carga de injusticia, racismo y miseria, seguía siendo la verdadera realidad detrás de los brindis y las máscaras.
  • Victor Avilés Velazquezhas quoted3 months ago
    Aunque entonces nadie pudiera sospecharlo, cuando las tropas del EZLN se apoderaron de San Cristóbal de Las Casas y otras localidades chiapanecas el 1° de enero de 1994, en realidad se pusieron en marcha dos guerras. Una, por la vía armada, entre los rebeldes y el ejército federal, que se cobró un gran número de víctimas reales que es necesario no olvidar; y otra, menos trágica pero igualmente violenta, a través de las miles de páginas escritas por todos los actores políticos y por los propios zapatistas.
  • Victor Avilés Velazquezhas quoted3 months ago
    Más allá del contenido ideológico de la Declaración, importa destacar que desde ese momento el líder zapatista ya imaginaba que sus victorias futuras no dependerían tanto de su capacidad bélica, siempre limitada, como de su talento para conquistar a la opinión pública.
  • Victor Avilés Velazquezhas quoted3 months ago
    quedó claro que el EZLN se preparaba para una larga guerra verbal y simbólica contra el gobierno. Aunque no haya que subestimar el carácter armado del movimiento, desde el alto unilateral al fuego decretado por Salinas el 12 de enero, la lucha entre ambos bandos se volvió eminentemente verbal: la guerra convertida en un combate retórico.
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