Al principio no me convencía, luego agarré gusto por el ritmo de la prosa milenial y los datos curiosos que invitan a caminar y observar más la ciudad en la que vivimos con esta propuesta de contraste entre pasado y presente.
A mi gusto le faltó problematizar más en torno al nacionalismo, pero tal vez le estoy pidiendo demasiada crítica a un texto más bien de entretenimiento.