Yo, que fui rey de la sal junto al mar,
que estuve parado indeciso junto a mi ventana,
que conté los pasos de los ángeles,
que mi corazón levantó pesas de dolor
en las terribles competencias.
Yo, que sólo uso una pequeña parte
de las palabras que hay en el diccionario.
Yo, que debo descifrar enigmas a pesar mío,
sé que si lleno no estuviera Dios todo de piedad
habría piedad en el mundo
y no sólo en Él.