Aquí, la idea de “raza” se estableció en función de una jerarquía para separar lo “blanco” de lo “no blanco” , pero esta se articuló al proceso de expropiación y explotación, adicional al discurso de la supremacía masculina. Para Federici (2010), se dio, en América Latina, durante el proceso de la acumulación originaria, “cierta ‘recomposición', especialmente entre las hembras de clase baja europeas, mestizas y africanas, quienes, además de su precaria posición económica, compartían las desventajas derivadas del doble discurso incorporado en la ley, que las hacía vulnerables al abuso masculino” (p. 167).