—No, no te estoy lanzando ninguna indirecta, dulzura. Mientras no me pidas que invente nada, todo irá bien. Encantada de conocerte. Me fascina tu estilo.
La gnoma señaló con sus diminutos dedos el suéter de Tandri.
—Gallina prefiere los…, eh…, baños de sangre que ponerse a inventar —señaló Viv.
—Pues sí, me gustan los cuchillos —aseguró Gallina, que sacó uno de la nada para cortarse las uñas.