Tengo aversión a Charles Vernon, y su esposa me causa miedo. Sin embargo, debo permanecer en Churchill hasta que tenga algo mejor en perspectiva. Mi joven damisela me acompaña a la ciudad, donde la dejaré a cargo de la señorita Summers, en Wigmore Street, hasta que entre un poco en razón. Allá tendrá ocasión de establecer relaciones provechosas, ya que todas las residentes pertenecen a buenas familias. El precio es elevadísimo, mucho más de lo que yo jamás podré pagar