México fue objeto, más que cualquier otro país de América Latina, de ataques extranjeros. Me refiero a intentos de España por reconquistar el país después de que obtuvo su independencia, y ante todo a la guerra con Estados Unidos, que le costó a México la mitad de su territorio, y la invasión francesa para imponer un emperador austriaco –Maximiliano– que condujo a años de guerra civil. El resultado fue que hubo muy poco crecimiento económico, mucha inseguridad, y que el país no pudo desarrollarse.