Los niños, desde que nacen hasta que cumplen un año, todavía no han tenido que enfrentarse al estrés que provoca asumir cargos de responsabilidad infinita o hacer frente a jornadas exasperantes, y, a pesar de ello, mueren más que las niñas. Lo mismo ocurre con los fetos. Los fetos masculinos necesitan más nutrientes para sobrevivir, hecho que propicia más nacimientos de niñas en épocas de carestía alimentaria o en familias con graves carencias de nutrición. E incluso en el caso de jóvenes adultos se ha observado una menor resistencia a las enfermedades, la fatiga y el hambre. Por ejemplo, muchos hombres de las caravanas que se dirigían a colonizar el oeste americano no llegaron vivos a su destino; en cambio, la mayoría de las mujeres sí