La primera y mejor condición de la representación política y de su refundación es, por eso, el sistema parlamentario, que implica, como condición de la primacía del Parlamento, el método electoral proporcional. En efecto, solo la democracia parlamentaria, representativa del pluralismo político gracias al sistema electoral proporcional, es capaz de asegurar la máxima actuación del proyecto constitucional de la igualdad y de la garantía de los derechos sociales y vitales de todos. Solo el método electoral proporcional, sin premios de mayoría ni barreras a las minorías, garantiza la igualdad del voto y la representación de todos, sin premiar ni perjudicar a ninguno.