Tú que atas los nudos
te vuelves luz
en medio de una grieta,
te vuelves letras como gotas heladas,
sales en el cristal del tiempo.
Punzas en la conciencia
–sangradura,
epicentro distante–,
y entre aquello que dices
y lo que oigo
un corredor de espejos,
un contorno borrado,
espesuras.