Carlos Ramos Malavé

Amor fati, para Nietzsche, significaba la aceptación incondicional de toda vida y experiencia: los momentos buenos y los malos, el sentido y el sinsentido. Significaba amar tu propio dolor y abrazar tu propio sufrimiento. Significaba acabar con la separación entre tus deseos y la realidad. No aspirabas a tener más deseos, sino que, simplemente, deseabas la realidad

Ese es nuestro desafío y nuestro deber: actuar sin esperanza. No esperar nada mejor. Ser mejor. En este instante y en el siguiente. Y en el siguiente. Y en el siguiente.
Todo está jodido. Y la esperanza es la causa y el efecto de que todo esté jodido

«He intentado vivir la vida de tal forma que, en la hora de mi muerte, pueda sentir alegría en vez de miedo».

Para generar esperanza en nuestras vidas, primero debemos sentir que tenemos control sobre ellas.

sin nuestros impulsos rebeldes, no somos nada.

¿Te sientes perezoso? No hay problema, a todos nos pasa a veces. ¿Sientes odio hacia ti mismo? Tal vez sea una invitación a profundizar en la conversación. El gimnasio puede esperar.

la religión trata del apego emocional. Y la mejor manera de construir ese apego es lograr que la gente deje de pensar de manera crítica

Los enemigos comunes son muy importantes. Sé que a todos nos gusta creer que preferiríamos vivir en un mundo de paz y armonía, pero, sinceramente, un mundo así no duraría

El mensaje es siempre el mismo: cuanto más lo haces, más te dicen que tienes que hacerlo para experimentar al fin la satisfacción que te han prometido. Y, sin embargo, esa satisfacción nunca llega

aquí es donde empieza la corrupción. Cuando los valores originales que definieron la religión, el movimiento, la revolución, quedan a un lado por el bien de mantener el statu quo, eso es narcisismo a nivel organizativo