Me eché a reír. Era el tipo de padre que desearían todas mis amigas. Tenía unas cuantas normas simples: respeta a tus mayores, cuida tu cuerpo, termina lo que has empezado y resuelve tus propios problemas. Si seguía sacando buenas notas, demostraba control y cumplía estas cuatro reglas, él confiaba en mí. Si perdía su confianza, perdía la libertad. Un padre militar.