No quiero amor en mi vida, no lo necesito, pero me asusta no sentirlo. Me asusta que alguien me trate bien y no poder darme cuenta de que lo hace. Me asusta desconfiar demasiado del mundo como para no creer en lo bueno. Me asusta darme cuenta de que me he quedado vacía por dentro. Que solo queda lugar para la desconfianza y el odio, para los recuerdos amargos que me siguen acompañando cada noche en mis pesadillas.