Poner nombre a tu hoja es la clase de chorrada que se reserva para los héroes, chica. Para hombres sobre los que se componen canciones, se deforman historias y en cuyo honor se pone su nombre a los niños. Tú y yo recorremos el camino de la sombra. Y si danzas en él como es debido, nadie sabrá jamás tu nombre, así que no digamos ya el del pinchacerdos que llevarás al cinto.