Jay Kristoff

El anciano luchaba como si estuviera tallando madera:

Para mis hermanas

luz y oscuridad y todo lo hermoso que hay en medio

No hay sombra sin su luz,

el día por siempre persigue a la noche,

entre el negro y el blanco

está el gris.

Antiguo proverbio ashkahi

Poner nombre a tu hoja es la clase de chorrada que se reserva para los héroes, chica. Para hombres sobre los que se componen canciones, se deforman historias y en cuyo honor se pone su nombre a los niños. Tú y yo recorremos el camino de la sombra. Y si danzas en él como es debido, nadie sabrá jamás tu nombre, así que no digamos ya el del pinchacerdos que llevarás al cinto.

Lo último que vas a ser jamás en este mundo, chica, es la heroína de alguien. —Mercurio le devolvió el estilete—. Pero sí que serás una chica que los héroes teman.

Las preguntas que oímos en silencio son siempre las más aterradoras porque la mayoría de la gente no se toma el tiempo necesario para escuchar las respuestas.

Deja a un hombre en una habitación con mil libros durante cien años y descubrirá un millón de verdades. Déjalo en una habitación en silencio durante un año y se descubrirá a sí mismo.

“La santa copa irradia la luz sagrada; la mano fiel el mundo repara. Y con los Siete Mártires por testigos, un mero hombre pondrá fin a nuestro castigo”.