Para empezar: que como todos sabíamos el pueblo había llegado a tener en épocas de gloria más de mil ochocientos habitantes. Pero que según el censo elaborado por él mismo, en 1999 la población era de mil treinta y siete personas. Que un año después, en diciembre de 2000, se había reducido a setecientas ochenta y dos. Y que este año en Las Flores éramos apenas trescientas noventa y ocho personas, pero eso esta semana, porque el martes próximo se iban los Rosso (padre, madre y dos hijos), con lo cual seríamos trescientas noventa y cuatro. Lo que era, prácticamente, una catástrofe. No que se fueran los Rosso, sino la situación general. Según don Luis, hemos ingresado de lleno en la categoría de “pueblo en peligro de extinción”. Es decir que si no se revierte el proceso actual de fuga, Las Flores dejará de existir.