El mundo le envía la misma presión que antes, pero ahora tiene más aliados, que la ayudan a que estas exigencias se ajusten a ella de forma más adecuada. Ahora sabe que no valía la pena, que hay otras formas de afrontar esas situaciones, que la muerte no era la salida. Ahora sabe que con menos habilidades que antes el amor de todos los que la rodean es el mismo, que los nuestros no nos quieren por nuestro rendimiento, sino porque estamos, porque somos, sin más… Ahora sabe que puede contar con sus padres y con otros profesionales para trabajar de qué manera afrontar las bromas pesadas de los compañeros de clase, cómo ver tontería e inmadurez donde se podría ver maldad, volver a aprender a afrontar la vida con los propios recursos.