El olor de la muerte venía en todos los formatos, un olor con alas para los pájaros, húmedo en los peces, embarrado de fango, con hojas incrustadas, olor a pata herida, a cáncer terminal, a metástasis, a vejez, a muerte largamente pospuesta, olor a zoológico en decadencia que Caleb sintió a su alrededor, encima de su cabeza, bajo la tierra, en el aire y en la boca.