A veces se te oprime el corazón cuando piensas en las cosas que habrían podido ser y que no fueron, pero me digo que incluso ahora la casa sigue vacía y esperándonos. Yo era feliz aquella mañana. Y me sentía ligero. Y notaba cierta embriaguez. Teníamos por delante y a distancia la línea del horizonte, allá, hacia el infinito.