apenas un arte de inspiración en libertad. Sería yo el primero en deplorar esa interpretación si no recordara que mi trabajo se dirige justamente a quienes no piensan así, y saben, íntimamente, que el teatro entraña la mayor servidumbre y la mayor grandeza del poeta. Pero, sobre todo, a aquellos raros espíritus capaces de acercarse con candor al problema de la creación dramática.
R. U.