Se trata, más bien, de una idea universal que parece marcar a las personas que menstrúan en todo el mundo: aquí hay algo que ocultar. Pero esta noción adquiere un peso totalmente distinto cuando, como consecuencia de la escasez de recursos, se carece de los requisitos materiales para hacer frente a la regla y para ocultarla: artículos de protección menstrual eficaces, agua, aseos, papeleras y espacios privados.