En su último libro, Caosmosis (1992), Guattari escribe: «En las brumas y miasmas que oscurecen nuestro fin de milenio, la cuestión de la subjetividad retorna hoy como un leitmotiv»[2]. Más adelante, Guattari afirma: «Todas las disciplinas tendrán que conjugar su creatividad para conjurar las situaciones de barbarie, de implosión mental, de espasmo caósmico que se perfilan en el horizonte»[3]. Y añade que tenemos que conjurar la barbarie, la implosión mental y el espasmo caósmico.