Ricardo Mauricio Camacho Ramírez

Con todo el amor que le tuve, tengo y tendré, para Ella.

De todos los amores en el mundo, el tuyo fue el único que trascendió las barreras del tiempo, el espacio, y las que pusimos entre ambos.

contigo aprendí que no hay mentira que venga sola y que una verdad vale más que una caricia.

estás tú, tú y tus ojos, y tu sonrisa, y tus benditas caderas que me obligan a proclamarme tuyo, aunque con ello pudiera ganarme el infierno.

a escasos centímetros de mí, estaba precisamente… el milagro de coincidir.

Cómo es que siendo tan solo ínfimas partículas en el vasto universo, tuvimos la oportunidad de coincidir en tiempo y espacio.

Si me gustas no es por guapa.

Y no me malinterpretes,

eres la mujer más hermosa del planeta.

Pero si me gustas
es por tu alma noble,
tu inteligencia,
tu forma de amarme.

Y bueno, sí… también por guapa.

Simplemente pasa que cuando te veo,
y me miras de regreso,
se enciende algo dentro de mí,
algo que denomino:

hambre de ti.

Te elegiría.

Te elegiría un millón de veces más,

te elegiría, aunque supiera que el mundo entero peligra por ello, porque al menos aquí, ahora,
tú eres el único mundo que me importa.

Sabía que si me enamoraba de ti, no habría un día más en el que no anhelara besar tus labios.

Que si acaso me atrevía a enamorarme de ti, mi mente no volvería a ser mía, ni tuya, sino nuestra.