La maternidad, si la consideramos desde el punto de vista clínico, es dolor y peligro de vida, pero si la consideramos en sí misma, ¡es creación! ¡Es redención, es renovación de la vida, es eternidad, es un misterio magnífico, es fuente perenne del único y verdadero amor, es la inocencia que nace del vivo vientre de la humanidad…!