industrialización, a diferencia de las revoluciones políticas, no tiene fecha de nacimiento. Es un proceso que sólo cabe distinguir después de que alcanzara cierta envergadura. Tuvo sus inicios en Inglaterra, Escocia y Gales durante la segunda mitad del siglo XVIII y requirió una larga serie de requisitos previos, como la expansión de la cría de ovejas y la producción de lana y la sobrepoblación del campo, así como una serie de innovaciones tecnológicas, especialmente la máquina de vapor