Abrió la boca por un lado y se agachó para besarme los labios. Me aparté y sacudí la cabeza.
—Trav…
Me abrazó con más fuerza y bajó la barbilla, con una mirada de determinación en sus ojos avellana.
—Me quedan menos de veinticuatro horas contigo, Paloma. Te voy a besar, de hecho, hoy te voy a besar mucho. Durante todo el día y cada vez que tenga la oportunidad. Si quieres que pare, dímelo, pero, mientras no lo hagas, voy a aprovechar cada segundo de mi último día contigo.
—Travis…
Lo pensé durante un momento y llegué a la conclusión de que no se engañaba sobre lo que pasaría cuando me llevara de vuelta a casa. Había ido allí para fingir, pero, por muy duro que fuera para ambos después, no quería decirle que parase.