En los últimos años, la gestión logística se ha facilitado para las pequeñas y grandes empresas gracias a la utilización de softwares que permiten que las diferentes áreas estén comunicadas entre sí. Por ejemplo, una compañía recibe un pedido vía Internet, este llega al área de compras, allí es redireccionado al almacén, donde se verifica si los productos están disponibles, y, luego, si se comprueba que hay existencias, es empaquetado y despachado para su transporte. Todo esto se realiza a través de una red computarizada, sin necesidad de papeleo y movilización de personal como se hacía cuando no existían estos programas