Neus Arqués

Ejercicio. Cinco saludables minutos de queja
Para este ejercicio solo necesitas un cronómetro o un reloj de cocina y una libreta o una hoja. Recurrimos de nuevo a la escritura automática, esta vez con un tema concreto: el lamento.

te planteo tres métodos para que experimentes con tu diario particular.
El horóscopo: repasa las áreas de tu vida, como si estuvieses escribiendo tu horóscopo: amor, trabajo, familia, salud. Céntrate en una –o en todas–. ¿Qué te preocupa ahora mismo? ¿Qué te anima? Escríbelo.
La polaroid: captura un momento especial que sabes que querrás recordar. ¿Qué imagen, olor, palabra, título, persona, te ha llamado hoy la atención?
Querida amiga: escribe una carta a la persona (un cliente, un antiguo amante, tu hija) en la que estás pensando. También puedes escribirte una carta a ti misma y darte ánimos en tu situación actual, sea cual sea.

Ejercicio. Escritura automática
Para practicar te basta un folio y un bolígrafo. Pruébalo. Responde a esta pregunta: «¿Cómo me siento ahora mismo?».
Las cuestiones importantes son dos:
–No te detengas. Recuerda: solo estás entrenando. Ni te juzgues ni compartas. Escribe y escribe.
–Practica con regularidad. Yo comienzo así todos los días, incluidos sábados y domingos, esté en casa o de viaje. Es mi yoga particular. Este es el ejercicio que más me ha cambiado la vida en toda mi vida.

Ejercicio. Volvamos al principio, al primer ejercicio en el que te pedí que te presentaras. Relee tus respuestas. ¿Hay alguna a la que le veas potencial? Subraya la que ahora mismo te resulte más inspiradora. Igual reaparece cuando practiques la escritura automática o esta tarde mientras recoges el traje del tinte.

Ejercicio. «Los escritores son caníbales»
«Los escritores son caníbales», sentenció Ephron. ¿Qué puedes canibalizar tú de tu propia vida? Piensa en un secreto, un incidente o un accidente que te ha sucedido y que podría inspirarte una historia. Dedícale cincuenta palabras: así verás si tiene recorrido. Y recuerda: lo más difícil de escribir no es recordar experiencias pasadas. En palabras de Nora: «Lo más difícil de escribir es… escribir»17. Anota aquí algunas ideas.

Ejercicio. Carta abierta a las musas
Abre tu cuaderno de escritura y anota esta frase:
¿Sobre qué queréis que escriba?
Ciérralo.
Mañana por la mañana, al abrirlo, dedícate cinco minutos de escritura automática. Escribe, no te detengas y no te juzgues. No pares. No releas. Cuando termines, ciérralo.
Repite. Con fe y sin juzgar.
Al cabo de una semana, relee lo que has escrito. Con un rotulador en mano, subraya los pensamientos que has anotado y que te llaman la atención. A ti. Si no encuentras nada, no desesperes. Sigue escribiendo. La idea continúa buscándote. Las musas acudirán.

El proceso es el siguiente:
Identifica la pregunta que quieres responder. Este paso es crucial, porque la pregunta es parte de la respuesta. Exactamente ¿qué es lo que te preocupa? ¿Cuál es el reto concreto que necesitas resolver?
Una vez identificada, escribe la pregunta. Se trata de sacarla de la cabeza y darle una plasmación externa.
Empieza la parte más emocionante: la caza de la respuesta. Se trata de prestar atención a los mensajes que buscamos y/o recibimos de terceros. Nos proponemos deliberadamente acercar su experiencia a nuestra pregunta.
¿A qué terceros me refiero? Pienso en personas y/o fuentes que a priori tienen poco o nada que ver con nosotros pero que pueden compartir de forma indirecta nuestro reto.

El safari de ideas es fácil y accesible. Puedes ir de safari sin moverte del sofá. Solo hace falta tiempo, curiosidad y capacidad de atención.
Ejercicio. Tres recursos
Anota tres recursos (lugares, revistas, personas) a los que nunca acudirías.

El mejor amigo de una escritora es su libreta.

Ejercicio. Tu libreta
Sal a por una libreta que te guste. Ponle la fecha de hoy. Estrénala.