Toda Bucarest es así. Piaţa Unirii: Asia rugiendo rabiosamente, Calea Victoriei: un París chic en medio del lodo. Sin embargo, basta con internarse un poco en las calles laterales para descubrir el campo: mujeres con pañuelo y niños gitanos deambulando, perros vagando por los patios de una iglesia ortodoxa, gallinas picoteando en la arena.