He aprendido mucho acerca de tratamientos y cuidados; en conversaciones casuales surge el hábito matutino de estirar el cabello y el recomendable hábito semanal de hidratarlo aplicando máscaras. No obstante, no he vivido nada de eso, sino más bien la realización de cada peinado como un ascenso seguido siempre de una curva: un declive.