El tiempo es un concepto asociado a la experiencia del cuerpo físico. La percepción interna de que algo cambia nos da una sensación que denominamos paso del tiempo, y vemos esa experiencia en términos de una línea recta. Por eso hablamos de tiempo lineal. El cuerpo envejece y eso afirma la sensación del paso del tiempo. A esta sensación interna se la llama tiempo subjetivo, y el tiempo que medimos con los relojes y los calendarios se denomina tiempo objetivo. Pero creer que realmente podemos medir el tiempo es una ilusión. Podemos medir una distancia o un objeto material, pero al medir el tiempo no sabemos lo que estamos midiendo. Nadie ha tenido en su mano o bajo un microscopio un segundo de tiempo como para poder medirlo, compararlo y conocer sus propiedades. En el instante en que pretendemos medir el tiempo en nuestro reloj pulsera ese tiempo se desvanece súbitamente. Hablamos de algo que en realidad no puede ser medido y, sin embargo, hemos quedado atrapados en ese concepto del tiempo.