Con las orejas estiradas les habla sobre la teoría de la tectónica de placas y los bordes convergentes destructivos, del cinturón de fuego y los índices de explosividad volcánica, de la contaminación del aire, de los incendios descontrolados, de las nubes negras que cubrirán el cielo y que traerán un frío gélido; les habla de las guerras de hambre, de las migraciones masivas, de la represión y el terrorismo de Estado, del auge de la ultraderecha y de las vallas fronterizas, de los alambres de espino y los muros de hormigón, de las crisis económicas y la lucha por el agua potable, de la desnutrición, de la matanza indiscriminada, del genocidio, de los llantos y los gritos, el sufrimiento y la muerte; les habla de la ceniza sobre los cuerpos y de las noches sin luna del futuro y, cuando finalmente se calla, el muñeco retrocede unos pasos y cierra los ojos, simulando dormir.