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Márai Sándor

  • Lalo Hdezhas quoted2 years ago
    Pero al cabo de un tiempo, pasados quizá otros diez años, vuelves a sentirte insatisfecho con la disposición del cuarto, pues nuestra percepción del espacio cambia a la par que nosotros y a nuestro alrededor nunca habrá un orden definitivo. Lo mismo nos ocurre con el orden de la vida, elaboramos nuestros métodos y durante mucho tiempo estamos convencidos de que nuestros horarios son perfectos, por la mañana trabajamos, por la tarde vamos de paseo, por la noche cultivamos el espíritu… y un día descubrimos que todo esto sólo es soportable y tiene sentido si está en el orden inverso y no comprendemos cómo hemos podido estar tantos años cumpliendo unas reglas tan descabelladas…
  • Lalo Hdezhas quoted2 years ago
    La vida tiene algo de crimen, por si no lo sabías… Me lo dijo Lázár una vez y, al principio, me pareció una afirmación ofensiva; pero luego, cuando empezó mi propio juicio, entendí lo que quería decir. Porque nadie es inocente y un día todos acabamos frente a un tribunal. Pueden condenarnos o absolvernos, pero sabemos que no somos inocentes.
  • Lalo Hdezhas quoted2 years ago
    Sabía a ciencia cierta que ella se había ido al extranjero por mí y, en secreto, me sentía muy aliviado, como quien esconde una fiera peligrosa en un piso de la ciudad y un día se entera de que la fiera se ha rebelado y ha escapado de vuelta a su jungla… Y al mismo tiempo me sentí ultrajado porque pensé que no tenía derecho a irse. Como si se hubiera sublevado contra mí una posesión personal. Sí, hirió mi vanidad. Luego… pasó el tiempo.
  • Lalo Hdezhas quoted2 years ago
    Te marchas de viaje. La ciudad que llevas tanto tiempo queriendo visitar te recibe en todo su severo esplendor. En la ciudad desconocida te levantas temprano, sales enseguida a la calle con tu guía y tu plano, buscas el famoso retablo de una iglesia, admiras los arcos del célebre puente, en el restaurante pides los platos típicos del lugar y el camarero te sirve de inmediato con orgullo patriótico. En aquella zona se produce un vino embriagador que no podrás encontrar en otra parte. Allí vivieron artistas renombrados que, prodigando su genio, hicieron que su ciudad natal rebosara obras maestras. Caminas entre vidrieras, pórticos y columnatas de nobleza y hermosura estudiadas en largos ensayos mundialmente famosos. A cualquier hora del día o de la noche las calles están llenas de muchachas y mujeres de ojos espléndidos y andares ligeros. En este lugar vive un pueblo orgulloso, valiente, consciente de su belleza e infinitamente sensual. Te sientes observado por cientos de miradas, que contemplan tu soledad con ternura o se burlan de ti con mansa soberbia, miradas seductoras que te envían mensajes, miradas femeninas de las que parecen surtir destellos minúsculos. Por la noche suena la música a orillas del río, se oyen canciones a la luz de coloreados farolillos de papel, el vino es dulce, las parejas bailan. En estos sitios de luz cálida y sonidos risueños también hay una mesa para ti, y una mujer de conversación agradable. Tú lo observas todo como un alumno aplicado, recorres la ciudad desde el alba con la guía en la mano, atento a cada detalle, animado por una diligencia escrupulosa, como si temieras pasar algo por alto. Tu percepción del tiempo ha cambiado por completo. Te despiertas siempre a la misma hora, parece que estás obligado a mantener un orden angustioso, como si alguien estuviera esperándote. Es evidente que se trata de eso, aunque tardes mucho tiempo en admitirlo: crees que detrás de ese orden tan rígido hay alguien que te espera. Y si eres muy diligente y atento, si te levantas temprano y te acuestas tarde, si pasas mucho tiempo entre la gente, si viajas aquí o allá, si entras en ciertos sitios, al final lograrás encontrar a esa persona que te espera. Naturalmente, sabes que tu esperanza es del todo infantil. Ya sólo puedes confiar en las infinitas posibilidades de la vida.
  • Lalo Hdezhas quoted2 years ago
    Se están marchando todos. A esta hora es cuando me siento más a gusto aquí. Ya sólo quedan los noctámbulos. Los solitarios y los sabios, o los desesperados, a los que todo les da igual con tal de quedarse en algún sitio donde haya luces encendidas y gente sentada cerca, un lugar donde estén solos de verdad, sin tener que encerrarse en casa… Es duro volver a casa cuando tienes cierta edad y has vivido ciertas experiencias.
  • Lalo Hdezhas quoted2 years ago
    Por lo general no existen los secretos entre las personas. Disponemos de un sistema de recepción de onda corta que nos permite captar incluso los más íntimos secretos del prójimo: las palabras y los actos son meras consecuencias de tales percepciones… Estoy convencido de ello.
  • Lalo Hdezhas quoted2 years ago
    Desde luego que la había aprendido bien. Puede que hasta demasiado bien. Porque en dos años esa mujer había aprendido por su propio esfuerzo lo que nosotros llamamos estilo, buenos modales, refinamiento y comportamiento en sociedad, es decir, todo lo que hemos recibido directamente de nuestro entorno o a través de la educación, como animales domesticados. Había aprendido a entrar en un lugar, a saludar, a no mirar al camarero cuando elegía el menú, a no prestar demasiada atención a lo que ordenaba y a mantener una actitud arrogante y segura mientras le servían lo ordenado.
  • Lalo Hdezhas quoted2 years ago
    No la «eduqué». Su alma ya estaba formada, la recibí de regalo tal como la vida la había creado y moldeado. No esperaba nada excepcional de ella. No quería una dama ni un fenómeno social. Buscaba a una mujer, una, que disolviera la soledad de mi alma. Pero ella estaba tan sedienta de reconocimiento como un joven soldado que quiere invadir y someter el mundo entero y pasa todo el día estudiando, preparándose, entrenándose… Ella no tenía miedo de nada ni de nadie. Sólo temía una cosa: su propio resentimiento, el rencor profundo y constante que la abrasaba en lo más profundo de su alma.
  • Lalo Hdezhas quoted2 years ago
    Mientras tengas deseos, tendrás obligaciones. Pero llegará un día en que tu alma se colme enteramente con el deseo de la soledad y quieras expulsar de tu alma todo lo superfluo, lo falso. Y cuando uno se dispone a realizar un viaje largo y peligroso, hace las maletas con mucho cuidado. Hay que valorar cada objeto con atención, observarlo desde todos los ángulos, juzgarlo y medirlo antes de colocarlo en la modesta maleta, pero sólo cuando se tiene la certeza de que será absolutamente necesario. Los ermitaños chinos, a los sesenta años, abandonan a sus familias. Se marchan de madrugada con un pequeño hatillo, sonriendo, sin pronunciar palabra. Al retirarse a las montañas no aspiran a una vida distinta sino a la soledad y la muerte.
  • Lalo Hdezhas quoted2 years ago
    alegrías sorprendentes. Pero luego ocurre un incidente y el alma pierde su tranquilidad.
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