era de los Denson, los Pilgreen y los Beckman de quienes hablaban y no de los vaqueros de La U Alada, como Chip creía. Ya no sonrió con empatía.
—Le proporcionamos cierta diversión, ¿eh? ¡Eso está bien! Somos buena gente, ¡pero tan ignorantes! ¡Y un cuerno lo somos! —