En otras palabras: los dominados se rebelan porque no son lo suficientemente iguales, los dominadores se rebelan porque son demasiado iguales. «Porque siempre buscan la igualdad y la justicia los más débiles, pero los poderosos no se preocupan nada de ello.»3
Es una tesis esclarecedora, y desconcertante. Porque abre un horizonte que antes parecía oculto: el de una revolución no de las capas bajas contra las altas, sino de las altas contra las bajas. Aristóteles proporciona una indicación adicional: «En las oligarquías se subleva la mayoría al pensar que son objeto de injusticia porque no participan de los mismos derechos, como se ha dicho antes, siendo iguales, y en las democracias se sublevan los distinguidos porque tienen los mismos derechos no siendo iguales» (V, 1303b). Nos sugiere, así, que, si se avanza