No puedo aceptar la vida como es, es demasiado caótica, demasiado inconsciente; de ahí deriva mi deseo de resistirle, mi conflicto con ella, siempre peleando para acomodarla a mi temperamento y a mis necesidades. En otras palabras, pongo demasiado arte en mi vida, demasiada energía, y no me queda demasiada para darle al arte»