Uno de los libros más bonitos que he leído en este año. Tiene una forma tan sutil de entrelazar recuerdos (propios y ajenos) con la comida y su presente en otro país y realidad.
Siempre pienso en el nacimiento de las palabras, esa manera en la que una misma combinación de letras puede abarcar tanto y en esta historia tan breve pero basta de todo lo que las vidas ajenas pueden añadir a la propia
Pinceladas de la vida de una vietnamita refugiada en Canadá. Tiene algunas bellas frases, con imágenes muy conseguidas, pero en general no me pareció un buen libro.