Te perderás. No hay hogar último, no hay entierro, solo un esparcir constante, un viaje frustrado que te lleva a todas partes sin ofrecerte un camino a casa, porque no tienes casa, solo esta isla fría y tu oscuro ser diseminado en una fina capa sobre su superficie, hasta que recoges al aullido del viento e imitas su soledad, no te vas a casa, te vas para siempre, el silencio te reclama para sí, sus oscuras aguas devorarán tu vida y harán con ella estrellas que quizá te recuerden, pero si lo hacen no lo dirán, no lo dirán, y si nadie dice tu nombre te olvidarán. Me han olvidado.