El mantra de la autoayuda —solo nosotros podemos tomar las riendas de nuestras vidas, para eso debemos elegir la manera de encarar los acontecimientos negativos— pasó a ligarse a la ideología del pensamiento positivo, que suele plasmarse en detalladas instrucciones para superar adversidades. Hay libros que promueven el pensamiento positivo y otros que apuntan al comportamiento y la acción positiva: los primeros alientan falsas esperanzas respecto del poder del pensamiento, los segundos fomentan expectativas irreales respecto de las cosas que realmente podemos hacer. Son teorías que de un modo u otro juegan con la ilusión de omnipotencia del individuo: unas recurren al poder de la determinación individual como actitud que, cuando es puesta a andar, sería capaz de cambiar el mundo y traernos dicha; otras se valen de la confianza plena en la percepción, la idea de que podemos cambiar las cosas y la realidad simplemente viendo todo de otra manera.