Leticia Ruifernández

el dios poeta Odín obtuvo al pie del gran Árbol del Mundo. El magnífico Yggdrasil, que hunde sus raíces en la fuente de la memoria

María Zambrano escribió que el poeta es una persona devorada por los espacios del bosque.

la presente antología quiere ser una semilla necesaria, como tantas otras, para repoblar este planeta enfermo y desarbolado

la presente antología quiere ser una semilla necesaria, como tantas otras, para repoblar este planeta enfermo y desarbolado

Siguiendo sus huellas, podemos recorrer este libro como un estrecho sendero que se pierde y difumina en la espesura.

este libro nació en una primera edición bajo el sello Cantabria Tradicional (2011), y hubo una segunda con la editorial Huts (2016). Esta tercera versión, que tienes en tus manos, ha sido actualizada y revisada, y ha evolucionado tanto que podemos considerarla una obra distinta.

Aquí las acuarelas de Leticia Ruifernández discurren como un río que da de beber a esta floresta de palabras,

Mucho antes de que los primeros versos se escribieran en arcilla o corteza, ya se rimaba y cantaba a la luz y al calor de las leñas de todos los árboles nutricios, que nos han inspirado y alentado de mil modos distintos.

el paraíso atemporal en el que los árboles aborígenes dieron a luz a la conciencia humana y fueron el germen de nuestro mundo. Quizás por eso, dice la poeta paraguaya María Luisa Artecona, «la leyenda del árbol no es el árbol nada más, es el tiempo inmemorial».

El poeta, la poeta, contempla y comprende a la ceiba, a la acacia, al abeto y al ahuehuete, al olmo, al ciprés y al pino, y al ruiseñor que los habita.