Joder, Leah, no vuelvas a pensar algo así. Y nunca…, nunca renuncies a algo tuyo por nadie. Tienes diecinueve años. Vas a ir a la universidad y vas a vivir esa etapa como yo viví la mía. No voy a moverme a ningún lado, ¿me estás escuchando? —La cogí de la barbilla y ella asintió con la cabeza. Le di un beso suave—. Será divertido, ya verás. Irás a fiestas, conocerás gente, harás nuevos amigos. De hecho, ¿sabes qué? Hoy vamos a salir tú y yo. Deberíamos hacerlo más.