Antes el miedo me empujaba.
El temor a las corrientes me hacía nadar más profundo.
El temor a la oscuridad me hacía apagar todas las luces,
ver lo que se escondía en las sombras de la memoria.
El temor a la ausencia me hacía encontrarme.
Ahora el miedo
me paraliza.
El terror a lo profundo me sumerge en corrientes desconocidas.
El terror a encontrarlo es la ausencia de mí.
El terror a la memoria.
Si las brujas me preguntaran quién soy, no sabría qué contestarles.
En la respuesta habita el miedo.