Si asumimos, dice Eagleton, que “literatura” es una forma de escribir altamente estimada, nos enfrentaremos a la imposibilidad de definirla “objetivamente”, pues cualquier cosa puede ser literatura y cualquier cosa que inalterable e incuestionablemente se considera literatura puede dejar de serlo. Por supuesto que podemos reconocer formas de expresión, como la novelada y la sublime; actitudes frente a la realidad, como el realismo, el naturalismo, el simbolismo y el surrealismo; doctrinas, como la del expresionismo; corrientes, como el petrarquismo; periodos, como el humanismo, el barroco y el romanticismo. Pero la definición de literatura como forma de escribir altamente apreciada no es una entidad estable pues depende de juicios de valor, que son variables.