cuando Hagar se propone algo lo cumple a rajatabla, aunque le toque sufrir; las decisiones están para respetarlas.
María no deseaba otra cosa más que hacerse conmigo a la mar. Trato de imaginarme la despedida. Fácil no fue, seguro. Hagar haciéndole la maleta a María. María correteando por el salón sin dejar de gritar «¡Me voy con papá, me voy con papá!». El momento de tener que llevarla al aeropuerto.
Y de vuelta en casa, la soledad.