John Biguenet

Los adultos, desde luego, no juegan con muñecos. Más bien se ponen máscaras y se convierten en muñecos ellos mismos.

quienes cobran un cargo adicional por el silencio son precisamente los que han generado el ruido del que queremos escapar.

si el silencio enferma a los ricos, el ruido es una aflicción de los pobres.

desigualdades entre las experiencias de la contaminación sonora que tienen los ricos y los pobres, los países desarrollados y los países en vías de desarrollo, y lleva a la pregunta de por qué no se estará haciendo más para combatir el ruido como una injusticia social. El ruido, como otras formas de contaminación, es un problema de clase.

cada vez más común que quienes lo sufren no sean quienes lo producen

un misterio, por naturaleza, es un silencio que persiste.

las personas llamadas a silencio —ya fuera a través de interrupciones o de otros tipos de presión menos obvias—

la manera en que se silencia no solo a las mujeres, sino a toda persona marginalizada por el discurso de los poderosos.

“El poder se ejerce rutinariamente a través del habla”, y que “El poder […] también puede ejercerse a través del silencio”.

los secretos (y el silencio, que es la máscara de los secretos) han sido usados por los poderosos para ocultar falsedades y crímenes. Pero la transparencia también tiene sus propios costos