Te maldigo y no quiero maldecirte. Te amo y no quiero amarte. He tenido tus caricias y ahora tendré el filo de tu espada.
Steffhas quoted2 years ago
a Atenea, que es de las mayores, la diosa de la sabiduría, de la guerra y de las artes aplicadas y por aplicar!
Steffhas quoted2 years ago
—No es sensato menospreciar a la vejez, como lo haces tú. Pero no haré caso a tus palabras hirientes, pues alguien tiene que darte una lección.
Steffhas quoted2 years ago
Atenea tejió una historia que le gustaba mucho en lo personal, pues mostraba su victoria sobre el dios Poseidón, cuando ganó el concurso para que le pusieran su nombre a la ciudad de Atenas. Él hizo brotar un caballo y ella un olivo, y los atenienses deliberaron que el olivo era mejor que el caballo, pues les daría alimento, som
Steffhas quoted2 years ago
Él hizo brotar un caballo y ella un olivo, y los atenienses deliberaron que el olivo era mejor que el caballo, pues les daría alimento, sombra, aceite para lavar sus cuerpos y cabellos y luz para sus noches.
Steffhas quoted2 years ago
—El mundo está casi destruido. El viejo Cielo, después de la guerra que nos enfrentó, no puede mantenerse más por sí solo sobre nuestras cabezas. He decidido que seas tú, con tus músculos potentes y tu cuello de hierro, quien para siempre sostenga en sus espaldas la bóveda celeste.
Steffhas quoted2 years ago
Cuando dejó de ser niño, pensó que debía tener algo así como una varita mágica, entrelazó hiedra en una rama y le gustó mucho el resultado. Desde entonces se le vio corriendo o caminando a través del bosque con su varita en la mano, a la que llamó tirso.
Marce Amparánhas quotedlast year
La reina Berenice se moría de tristeza. Regaba con sus lágrimas los espléndidos salones de su palacio de Alejandría.
Adrianahas quotedlast year
No es mi culpa haberme convertido en la presa del despiadado Eros
Danielhas quoted9 months ago
Pide ayuda de los vientos, haz sacrificios a los dioses, llora como niño en las rodillas de tu madre Venus, lánzate como lobo en las batallas… busca tú también la muerte, Eneas, en algún pantano de la Hesperia, porque el amor ya no lo tendrás jamás