La descripción más memorable de la escuela se debe a la pluma del más grande de los novelistas austriacos de la época, Robert Musil, quien la llamó «el culo del diablo». Alumno de la misma, basó su elegantemente perturbadora primera novela, Las tribulaciones del joven Törless, publicada en 1906, en sus propias experiencias. En la novela, aparece un tal Príncipe H. «Cuando andaba –escribió Musil– lo hacía con movimientos suaves, elásticos, con esa concentración en el cuerpo que va unida a la costumbre de atravesar en línea recta y con paso firme salas y salas vacías, lugares en los que cualquier otra persona chocaría contra los rincones invisibles del espacio vacío.» En la narración, el Príncipe H. es infeliz y abandona la escuela.